lunes, 6 de junio de 2016

Perfiles: Ray Donovan

Hoy os quiero hablar de un personaje que en los últimos tiempos me ha cautivado por su aparente simplicidad y su profunda complejidad. Nunca he sido amante de los dramas porque para eso ya están los periódicos, sin embargo con Ray Donovan hice una excepción y todavía no sé porqué. El caso es que me quedé "pillado" por esa mezcla de nostalgia y mal rollo violento que desprende la serie, especialmente el protagonista.


Para los que no la han visto (ya tardáis, pero no antes de acabar de leer este artículo), la serie narra la historia de una familia que vive en Los Angeles. Ray Donovan está casado y tiene dos hijos adolescentes. Además está su hermano Bunchy que es como un niño debido a un trauma y Terry el hermano mediano que tiene principios de Parkinson. En este punto algunos ya están pensando: ¡menudo dramón! Pues aquí viene el giro inesperado y violento. El padre de los tres hermanos que estaba en prisión acaba de quedar en libertad y Ray decide que para que deje de dar problemas lo mejor es... Matarlo.

Hablemos de Ray, el protagonista. ¿Es un matón a sueldo? Sí ¿Es un chantajeador? Sí ¿Es violento? ¡Sí, por Dios que sí! Todo eso es cierto, pero la clave está en que trabaja para un bufete de abogados que se dedican a representar gente famosa de Hollywood. Y esa, señores, es la causa de todo a lo que se dedica. Ray Donovan hace su trabajo y lo hace muy bien. Es un arreglador de problemas profesional, el chispas de los escándalos de Hollywood, pero en el fondo solo quiere vivir tranquilo con su familia y todo lo que hace es por ellos. Para pagarle los caprichos a su mujer, para pagar el colegio caro de sus hijos, para cuidar de sus hermanos, especialmente de Bunchy. ¿Y cuando todo está bajo control viene su padre a joderlo todo?
Ray Donovan es complejo por fuera y por dentro. Liev Schreibber interpreta con maestria a un personaje difícil de hacer, porque tiene que ser tan duro como Russell Crow en Gladiator, pero lo suficientemente transparente para que el espectador pueda ver su lucha interior. Ray es un tipo callado y taciturno, de los que le hablan al cuello de la camisa y que solo levantan la voz cuando es estrictamente necesario.

Podriamos decir que su personalidad está forjada por cuatro puntos clave:

Boston 

Ray y su familia, incluyendo a su mujer, son de un barrio irlandés de Boston. Uno de esos barrios a los que no gusta ir ni por tu turismo. Precisamente, ese carácter irlandés de tristeza varada en un acantilado es el que desprenden los hermanos, la mujer y el padre (los hijos no porque han crecido en Los Ángeles). Ni siquiera cuando están felices se les ve realmente felices.

La serie me recordó, en partes, a la película La sombra del diablo (The devil's own) de 1997 donde Brad Pitt y Harrison Ford interpretan a unos irlandeses en New York. De aquella película recuerdo una frase, la frase, que creo que le dice Harrison Ford al esperanzado personaje que interpreta Brad Pitt: Lo nuestro es una historia irlandesa y las historias irlandesas nunca acaban bien.


Quiere proteger a los suyos 

Otro de los vértices en los que pivota Ray es la fuerte responsabilidad de querer suplir a su padre, de hacer lo que él no hizo: cuidar y proteger de los suyos. De bien pequeño, Ray tuvo que asumir el rol de hermano mayor/padre y para eso tuvo que enterrar todo lo que le paso.

Esa incapacidad de sincerarse, de no saber contar sus problemas o no saber comprender qué es lo que realmente necesitan los demás le viene de esos tiempos duros en los que nadie le ayudo a tirar del carro. En tramos de la serie donde le encargan arreglar un problema con ciertas personas que, por decirlo así, debe solucionarse con algún hueso roto, Ray se muestra piadoso hasta el punto de ayudarles. Siente debilidad por las causas perdidas, siente que debe ayudarles, pero ¿porqué? Porque se ve a sí mismo. Hace con ellos lo que le habría gustado que hubieran hecho con él.

Se odia

En el otro extremo del altruismo para con el débil, se encuentra un profundo odio hacia si mismo y que está muy arraigado en su interior. Si le añadimos esa incapacidad para gestionar sus sentimientos, se convierte en un cóctel de difícil ingestión para cualquier ser humano. Supongo que por eso lo acompaña con whisky. No me ha dado por contar los vasos que se llenan en las tres temporadas de la serie, pero seguro que son los suficientes para provocar una cirrosis de caballo. Ray es, por tanto, alcohólico, pero lo lleva bien. Apenas se le ve borracho o, tal vez, lo esté a todas horas.

Su odio proviene de lo que le pasó a él y a sus hermanos.

Aviso de spoiler: llegados a este punto no puedo evitar un spoiler porque para decir porqué se odia tengo que explicar lo que pasó y, aunque se intuye durante la primera temporada, creo que es aconsejable poner un bonito y llamativo aviso de spoiler. Quedas avisado.


La familia de Ray es cristiana. La madre se apoyó mucho en la iglesia del barrio por necesidad, pues tenía que trabajar y los niños debían quedarse con alguien. Más tarde la madre murió y los niños crecieron entre la calle, la iglesia y un padre que estaba más preocupado por sus trapicheos y los traseros negros (dicho por él que conste) que por sus hijos. Y ahora sí, viene el drama, Bunchy sufrió abusos por parte del cura mientras Ray estaba esperando a su padre para ir al béisbol. Cuando Ray llegó a casa se encontró a un Bunchy hecho trizas y llegó a la conclusión que si hubiera llegado un poco antes, si no hubiera creído que su padre iba a cumplir su palabra de llevarle al partido, habría llegado a tiempo para evitar que abusaran de su hermano pequeño... ¡Como hicieron con él! Ese es un momento rompedor en la serie y en el personaje ya que, aunque se intuye, no te lo acabas de creer porque Ray tiene relaciones sexuales bastante normales y no parece sufrir por ello. Ver a un tipo de la envergadura de dientes de sable lloriquear como un niño o admitir que sufrió abusos no deja, para nada indiferente. Se odia a sí mismo por haber sido tan ingenuo de creer que podía confiar en su padre. Tenía tantas ganas de que fuera cierto que decidió dejar a su hermano con el cura haciéndose creer que no pasaría nada y eso es algo que nunca se perdonará.

La culpa

Después de todo lo que he contado, no es de extrañar que Ray se sienta culpable/responsable por todo lo malo que pasa a su alrededor. Veremos a un hombre que no dialoga, que solo se dedica a solucionar el problema de la otra persona tan bien como sabe. Esto quiere decir que se equivocará, principalmente con Abby y sus hijos, a los que tratará como si fueran parte de su trabajo de "arreglador". Todo lo hace por la culpa que siente. No quiere que los suyos sufran y para ello soluciona el problema lo más rápido posible, sin darse cuenta que lo que necesitan es comprensión, un beso, un abrazo o simplemente un rato en compañía.

Conclusiones

El motivo de que Ray haya enganchado a mucha gente es que es un reflejo de lo que significa ser humano. Es el ejemplo perfecto del viejo dicho: Monta un circo y le crecen los enanos. Esos momentos en los que ves que las cosa se va complicando, que va creciéndole un enano detrás de otro y con solo verle la cara de agotamiento ya sabes qué está pensando: "No, joder, otro problema no. Ya basta, por favor." Creo que eso lo hemos pensado todos alguna vez en la vida, cuando encadenamos un problema tras otro y no conseguimos resolverlos.

Como habéis visto Ray es un personaje complicado que se mueve entre la responsabilidad de ayudar, la culpabilidad y el odio a si mismo. Y lo más mágico de este personaje es que es muy creíble pese a que no tiene unos diálogos extensos. Estamos acostumbrados a que los grandes personajes tiene que hacer grandes speeches, pero no es cierto. Los buenos personajes son los que tienen matices, los que se mueven en una amplia gama de grises. Los que sufren como nosotros y se equivocan como nosotros.

Ray Donovan triunfa porque el espectador alguna vez se ha sentido atrapado en los problemas como él y eso crea empatía.


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